Cobardes
  • 19 de julio de 2022


Boca eligió el peor método de la política nacional para combatir al periodismo crítico, el escrache, la incitación a la violencia. Riquelme se cree el dueño de Boca, y los que no estén de acuerdo con él, no tienen lugar en el club.



Si la memoria no me falla desde la época de Alberto J Armando que no se perseguían periodistas en Boca Juniors. Primero fue una bandera para el Pollo Vignolo, después un comunicado de prensa para Diego Díaz, ahora esta bandera para mi y Martín Arevalo, veremos cuál es el próximo paso. Una verguenza, una cobardía total y absoluta. Si algo nos pasa en la bombonera, o alguien nos agrede, el responsable será el vicepresidente del club, Juan Román Riquelme, quien hace algunas semanas cuando me cruzó en la cancha de Boca me espetó un crudo "ahhhh, los contras también a la cancha", molesto, fastidioso, que alguien crítico de su gestión, pueda ingresar a lo que él considera el patio de su casa, dos más dos es igual a cuatro. Ser periodista, señor Román, significa ser crítico, elogiar o criticar, no ser chupa medias o alcahuete del dirigente o ídolo de turno, de eso se trata nuestro trabajo, aunque sea antipático. Riquelme transformó a Boca en una empresa familiar, con su hermano y sus amigos como grandes exponentes de esta situación tanto en el consejo de fútbol, como en las inferiores de Boca, todo esto siendo confeso hincha de Tigre. Sólo deseo que en el futuro Boca vuelva a estar manejado por hinchas de Boca que prioricen lo mejor para el club por encima de sus intereses personales.

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