Sebastian Beccacece quedará en la historia de Racing, pase lo que pase, más allá de lo controvertido de su ciclo, consiguió dos triunfos inolvidables, el clásico del 9 de febrero con 9 hombres, y está clasificación en el Maracaná.

Lo de Rio de Janeiro fue un milagro. Racing pasó prácticamente sin patear al arco, Flamengo se perdió goles imposibles, hasta canchereó el partido durante los primeros 45 minutos. Arias fue tan gigante como el mismísimo Maracaná, volvió a ser el arquero casi invencible del Racing campeón de Coudet, se convirtió en la figura excluyente de la noche, además de ser el héroe de la clasificación. El equipo tuvo una personalidad enorme, esa fue su gran virtud, para pelear, defender, y sobre todo para ejecutar los 5 penales. El gran mérito de Beccacece fue saber cambiar a tiempo, no morir en el golpe por golpe, evitar la goleada de los campeones de América en su casa, no poner sus convicciones de atacar siempre, salir a presionar arriba,  y pasar el ridículo. Hizo todo lo contrario, se colgó del travesaño, aún jugando 11 contra 10 y ganando 1-0, todo eso le dio frutos, está entre los 8 mejores del continente y obtuvo el triunfo más importante de los últimos 32 años del club.