A menos de 48 horas del cachetazo de River, el capitán, ni Blanco ni Milito, salió otra vez a bancar públicamente al DT. Ya lo había hecho después del escándalo Centurión, dedicándole un gol a Coudet. Licha es mucho más que un portador de cinta.



Me atrevó a decir que Lisandro se convierte en un verdadero sostén del técnico de Racing. Licha ayer por la tarde hizo de presidente y manager, saliendo a respaldar al DT, una suerte de darle tranquilidad a los “mercados futbolísticos “, que siempre especulan con la salida de un entrenador tras una derrota tan fea. También hizo un poco de entrenador, marcando que están tibios dentro de la cancha, Licha se puso el club en la espalda un lunes feriado, puso a cada uno en su lugar, y ganó un poco de calma para preparar el partido del domingo en Santiago del Estero. Muchos políticos deberían aprender de él. Si alguién pensó que una posible variante era la salida del líder, se equivocó, LL manda en serio en Racing.
Su frase “seguimos confiando en este cuerpo técnico”, debe haber sonado como verdadera música en los oídos de Chacho Coudet. El hincha, veleta como en todos los clubes, no brinda amor eterno, salvo casos especiales como Gallardo, Bianchi o Merlo. Coudet tiene mucha banca del referente del vestuario. Ahora le vuelve a tocar a él, demostrar que tiene respuestas para volver a poner a Racing en lo más alto. Hacerse fuerte y encontrar el equipo. Porque River puede estar a la vuelta de la esquina otra vez, en la copa de la Superliga o en la Libertadores del año que viene, el gran objetivo de la Academia, y ya no hay tiempo para más papelones ni eliminaciones catastróficas.

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