La caída ante Rionegro Águilas de Colombia es una de las peores derrotas de la era Holan, junto a las derrotas con Deportivo Lara y Brown de Adrogue. Independiente tocó fondo.

Sin dudas fue la autocrítica más fuerte de Ariel Holan en una conferencia de prensa: “Jugando así no podemos seguir en la Sudamericana”, “no debemos esperar a que nos mojen la oreja para reaccionar”, no era para menos, la actuación del rojo fue decepcionante. Fue un equipo lento, sin idea de juego, estático, apático, sin actitud ni juego. Preocupante, en todas sus líneas. Martin Campaña ya no es el que supo ser, recibió goles en los últimos 8 partidos, no transmite la seguridad de antes ni te salva como lo hacía. El tractor Bustos quedo en el pasado, Ariel Franco bajó mucho su nivel y Guillermo Burdisso no termina de afianzarse en el equipo. Los Silva, Francisco y Gastón, son los futbolistas más resistidos del plantel, no rinden y el DT insiste con ellos. Error.  Pablo Hernández tiene una indolencia que no se puede creer, a Nico Domingo hay días como ayer, en los que le cuesta darle la pelota a un compañero. Todo mal. Imaginen como anduvo Pablo Pérez que lo reemplazó Gaibor.....sin palabras. Cecilio más allá del gol no justifica los seis millones de dólares que el club abonó por su ficha. Benitez sigue siendo irregular, solo se salva Pizzini por las ganas que le metió los minutos que estuvo en cancha. Independiente está capacitado para dar vuelta la historia en la revancha, la gran pregunta es qué pasará después? Podrá Holan reconvertir a este equipo híbrido en un gran equipo como el del 2017?  Lamentablemente no hay respuestas, ni dentro ni fuera de la cancha, pero así el rojo no puede seguir.