OPINIÓN

La obsesión por la séptima está matando a Boca. Se pierde el foco, se regala un clásico, dejas que te goce tu rival en tu casa, con el hecho consumado de la derrota, valió la pena?

Boca jugó sus mejores 45 minutos de la Libertadores y del ciclo Almirón, por volumen de juego, por situaciones, rendimientos individuales, y sobre todo por la jerarquía del rival, Palmeiras. Boca mereció el triunfo, Chiquito no atajó ninguna, pero....

El rendimiento del uruguayo está en discusión. Nadie objeta su brillante trayectoria, lo que se debate es si Edinson es lo que Boca necesitaba o fue a buscar. Cavani es sinónimo de gol siempre, en Europa o Uruguay, en Boca signifca esfuerzo.

Boca no sólo salió de perdedor sino que jugó bien en Santiago del Estero, es más, completó uno de los tres mejores partidos del ciclo Almirón. Curiosamente lo hizo con 3 delanteros en la formación, ergo, tuvo más gol y profundidad.

El off-gate se cortó por lo más fino, rodó la cabeza de mi amigo Ricky Dasso, jefe de prensa del DT millonario, cuando quien se fue de boca en los dos encuentros que tuvo con el periodismo fue el propio entrenador de River.

Edinson Cavani llegó para hacer goles que le den a Boca la séptima Libertadores, está en carrera para conseguir el objetivo. Lo extraño es la función del uruguayo dentro del campo de juego. No juega como un 9 de área, no patea al arco.

Boca fue un justo vencedor de la serie con Racing, en el global de los 180 minutos fue más que la Academia, cuando llegaron los penales se sabía que Boca tenía el as de espadas de la serie: Chiquito Romero, un coloso a la hora de atajar penales.

Que le hace una mancha al tigre dirán algunos. Con un gol en Avellaneda lo arregla pensarán otros. Lo cierto es que hoy en Boca Pipa incomoda, el sentimiento es que con Cavani y Merentiel el puesto de número 9 está bien cubierto, una pena.

La llegada de Carlos Tevez le dará tranquilidad, asumirá la presión, ayudará a que lleguen refuerzos, y cambiará la energía negativa que ronda alrededor del posible descenso de Independiente. Sólo hay que superar a uno de todos estos equipos....

Riquelme tuvo una primera gestión para aprender a ser dirigente. Entre todos sus errores, uno fue secuestrar en el Boca predio durante dos años a este talento llamado Valentín Barco. Por impericia o tal vez mala voluntad.....