El entrenador de Boca sale airoso en su primer semestre apelando a la rotación. Que hará en las finales? Las figuras aguantan el banco? La experiencia de Mendoza parece indicar que tiene la fórmula.





Pocas objeciones, por no decir ninguna, vamos a encontrar a la afirmación de que Boca Juniors tiene la mejor selección en cuanto a calidad y calidad de jugadores en el fútbol argentino. Con un plantel que destila figuras por doquier para lo que es el nivel local, el ‘Xeneize’ está transitando este semestre de muy buena manera en lo que hace a resultados. 

Ya clasificado a la Copa Libertadores 2020, con un pie adentro en los octavos de la edición presente del torneo continental, metido en los cuartos de final de la Copa de la Superliga y con el título de la Supercopa Argentina en el bolsillo, los números hasta ahora de Gustavo Alfaro como entrenador han sido más que prolíferos. Sin embargo, ahora vendrá lo más difícil. 

Muchos entrenadores afirman y han sostenido que administrar la abundancia es tan difícil como la miseria. Es decir que tener muchos jugadores puede volverse contraproducente y, lejos de solucionar un problema, puede ocasionártelo. En un plantel que cuenta con dos titulares por puesto desde Esteban Andrada / Marcos Díaz en el arco, de paso por Carlos Tévez / Mauro Zárate y Darío Benedetto / Ramón ábila, se puede llegar a presentar este problema. 

Hasta ahora la cuestión se ha visto bastante equilibrada. Con múltiples competencias en desarrollo de manera simultánea y con una frecuencia semanal, Alfaro ha sabido mezclar a los más de 25 profesionales que tiene de primera línea de forma tal que, hoy por hoy, todavía no sepamos como formaría un Boca cien porciento titular. 

Todos los protagonistas han visto buena cantidad de minutos y se han sentido con participación. Sin embargo, los primeros chispazos de lo que pueda ser una decisión fuerte que tenga que tomar el entrenador ya se vieron con el jugador en el que él se apoyó desde un principio, como Tévez, y el que mejor le ha rendido en todo el semestre como Zárate. ¿El asunto? Ambos juegan en la misma posición. 

Si bien probó con llevar a Mauro más hacia la izquierda, allí el ex Vélez no se mostró tan determinante como por el centro y, claro está, el ‘Apache’ ya no está para hacer una banda. Ahí hay una cuestión que el Entrenador todavía no pudo resolver. Por ahora los platos rotos los tuvo que pagar Bebelo Reynoso, a quien Alfaro terminó echando mano en momentos importantes porque es el único que puede amalgamarle con buenas asociaciones a la galaxia de estrellas dispersas en el frente de ataque. 

La rotación hasta ahora ha servido para tener a todos contentos, pero atenta contra el funcionamiento de un equipo que todavía sigue siendo un conjunto de fantásticas individualidades. El desafío ahora para el DT se planteará cuando comiencen las fases finales de la Copa Libertadores. 

A partir de los octavos del torneo continental, Alfaro deberá decidirse por un once titular y tendrá que tomar decisiones que quizás no le gusten a algunas de sus figuras. Será ese el momento de priorizar los mejores jugadores para cada posición o los que más sirvan para una idea y no simplemente los que lleven un nombre de mayor envergadura.  

Ya lo dijo alguna vez Carlos Bianchi: “La clave no es tener los mejores jugadores, sino hombres inteligentes. Si usted tiene futbolistas inteligentes llegará muy lejos”. Las preguntas ahora serán ¿Podrá Alfaro administrar la abundancia de jugadores sin que repercuta en su liderazgo o su idea de juego? ¿Será el plantel de Boca inteligente como para acatar esas resoluciones, dejar el ego de lado y buscar el bien común? No queda más que esperar.

COMENTARIOS

No han dejado comentarios

Escriba su comentario

Nombre (*)
Email (*) (no será publicado)
Mensaje (*)



Código de Validación
(*) Datos obligatorios