Tokyo, año 2000. Boca sale a comerse al Real Madrid de Vicente Del Bosque, diez años más tarde campeón del mundo con España, y lo consigue en los primeros 10 minutos del partido, con dos goles de Martín Palermo, figura excluyente del match, ganador del premio por ser el mejor del partido, un hermoso auto descapotable. Aguantar el resultado fue una tarea titánica, en la que todo el formidable equipo del Virrey resultó importante. Cordoba atajando mucho y brindando seguridad, Matellan marcando a Figo, figura estelar del Real, Bermúdez y Traverso sacando todo del fondo, Serna y Battaglia mordiendo en la mitad de la cancha, Delgado picando una y otra vez. ....Por supuesto, también Juan Roman Riquelme, aguantando la pelota y habiendo asistido a Palermo en el segundo gol. De ahí a plantear que Riquelme fue la figura del partido hay un abismo. Sostener que Roman fue más que Palermo en esa final, es FALSO DE FALSEDAD ABSOLUTA, la gran figura de esa hazaña boquense, tiene nombre y apellido: Martin Palermo, héroe absoluto, sin sus goles Boca hubiese sucumbido tarde o temprano ante los merengues, así de simple. Fue la estrella de un verdadero equipo ganador, dueño de una personalidad invencible. Solo quería recordarlo, sigan con la cuarentena, abrazo grande para todos.