Esta Supercopa le ofrece al nuevo DT de Boca, ganar un título en su primer semestre de gestión. Es un arma de doble filo, ganar es lo lógico, obvio y necesario. Perder un abismo.

Alfaro lo sabe mejor que nadie. Por eso esta noche presenta el mejor equipo posible. Con Zarate y Reynoso en el 11 inicial. Carlitos, su referente, esperará en el banco de suplentes. Tan importante es el título que se define en Mendoza, que el entrenador hasta compromete su relación con el capitán del equipo, Carlos Tevez. Contradice sus declaraciones de enero, cuando por novel en el club, o tal vez por generar consensos, se excedió en sus elogios al apache. Repito, está bien. Si se confirma a la noche que Tevez es suplente, Alfaro estará privilegiando el buen común por sobre el buen individual. Es un momento especialmente difícil el que vive Boca Juniors, la herida del Bernabéu no cicatriza, la dirigencia está cuestionada, y es un año político en el que todos están a prueba. Esta final ante Central es simplemente la primera de varias que tendrá el club en el 2019. Es una final que servirá para prepararse para la madre de todas las batallas, volver a enfrentar a River en una final o por lo menos en un mano a mano, que está a la vuelta de la esquina, ya sea en Copa de Superliga, Copa Argentina o Copa Libertadores.