Es la misma bala que le queda al presidente Angelici y al director deportivo Nicolás Burdisso. Es tan cruel como real, el DT de Boca asumió hace 5 meses, y se juega su futuro en los próximos seis.



El dato no es caprichoso. Boca Juniors vive un año político. El oficialismo demostró una gran gestión económica, pero no lo pudo coronar con éxitos deportivos a nivel internacional. Encima, se topó con el River de Gallardo, su peor pesadilla. Entiendo que el presidente de Boca actúo de buena fe, le hizo un contrato de solo 12 meses al entrenador para no comprometer al futuro presidente, caso similar al de Carlitos Tevez. La cuestión es que de conseguir la séptima, la continuidad del proyecto en cabeza de Gribaudo se convertirá en una utopía. Más, con los buenos candidatos que existen en la oposición, Beraldi y Ameal, por citar a dos de ellos. De no llegar al mundial de clubes de Qatar, ninguno de ellos querrá arrancar su presidencia con un DT heredado del Tano.
Dicho esto, aparece este tiempo de descanso, como clave y fundamental para el proyecto Libertadores 2019. Alfaro y Burdisso deberán hacer un examen exhaustivo, preciso y eficaz, de todos sus recursos. La columna vertebral (Andrada, Licha López, Reynoso, Benedetto), los que deben seguir, entre ellos Villa, Campuzano, Wanchope, Zarate, Tevez, Buffarini y Más. Los qué tal vez sea mejor transferir: Pavon? Marcone? Nandez? Izquierdoz? Los pibes que cumplieron, Weingadt y Capaldo. Y sobre todo, donde Boca debe reforzarse. Un central ganador, un reemplazante de Reynoso, un mediocampista mixto y un extremo con gol, entiendo son los puestos a reforzar, si se consiguen y existen, será laburo de Angelici, Burdisso y Alfaro, si esta vez no aciertan, ya saben cual será su futuro.

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