- 02 de octubre de 2023

La obsesión por la séptima está matando a Boca. Se pierde el foco, se regala un clásico, dejas que te goce tu rival en tu casa, con el hecho consumado de la derrota, valió la pena?
Riquelme bajó la línea en ESPN el lunes, el mensaje fue sólo importa la Libertadores, el DT fue un perrito faldero, le hizó caso, armó un equipo con futbolistas a los que le quemaba la pelota, casos Ramírez, Blondel, Bullaude, Janson, Zarachi, en fin, una formación que nunca estuvo a la altura del clásico. Boca es un equipo grande, cuál es el problema de jugar 3 partidos con lo mejor que tenes, si pasas Palmeiras después te queda un mes para preparar la final en el Maracaná con Inter o Fluminense. Faltó ambición y grandeza de parte de todos: jugadores, cuerpo técnico, y dirigencia.
River vivió una fiesta después de dos meses de lamentos, internas, y derrotas. Resucitó en la bombonera, y festejó como pocas veces. Jugando a media máquina, esperando el error de un oponente muy frágil, no es que lo fue a buscar desesperado, ni que jugó un partido brillante, aprovechó las falencias de un rival muleto, sin jerarquía salvo Benedetto y Chiquito en el once inicial. Demichelis acertó con Rondón, pero a mi no me gustaron los cambios, si dejaba al venezolano con Solari creo que Boca se podía comer una goleada histórica en su casa, Micho le perdonó la vida, pero retomó impulso como entrenador de River, ahora deberá enfocarse en ganar la copa de la Liga, el trofeo de campeones, y armar un gran equipo para la Libertadores 2024, Michi tiene vida, resucitó en la boca donde River no ganaba desde el 2018, gracias a Riquelme y Almirón.
COMENTARIOS
No han dejado comentarios
Escriba su comentario