Que le hace una mancha al tigre dirán algunos. Con un gol en Avellaneda lo arregla pensarán otros. Lo cierto es que hoy en Boca Pipa incomoda, el sentimiento es que con Cavani y Merentiel el puesto de número 9 está bien cubierto, una pena.



Es una lástima porque Darío Benedetto es uno de los 10 máximos goleadores del club, ha metido golazos marca registrada propios de un futbolista muy talentoso, pero ya no puede dominar su carácter. El pibe humilde que llegó con perfil bajo del América de México fue un boom en el Boca de Guillermo, después llegaron los récords, la Selección de Sampaoli con Messi, el cariño de la gente, las lesiones, las burlas, Madrid, otro golazo, los memes, fue un combo explosivo del que el goleador ya no pudo salir más, dejó de ser tapa por sus goles para ser noticia por sus escándalos.

Se fue mal en el 2019 en la gestión Angelici que lo cobijaba. Regresó con Riquelme, que debió tragar prejuicios para traerlo, siguiió anotando golazos, el más importante a River de cabeza por la Liga profesional para que el Boca de Ibarra gane el clásico y sea campeón, se peleó con el consejo, falló dos penales con Corinthians, ya en está etapa se lesiona mucho, no es titular indiscutido, lo más triste es que el hincha parece haberle bajado el pulgar, con el panquiquismo habitual de los fanbáticos que sabemos pueden volver a cambiar. Lo de Junín marcó otra tarde negra, penal fallado, mala actuación, piña al aire a Nahuel Gallardo que sólo servirá para que lo sigan gastando en las redes, que se hagan más memes, y un ciclo en Boca que comienza a morir a la sombra de Cavani. El fútbol es tan maravilloso que tal vez Pipa meta el gol de la séptima, lo que no cambiará el concepto que lamentablemente el personaje se comió al crack de Boca.

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