Por tercer año consecutivo está en semifinales de la Libertadores, estadística y realidad boicoteada por las derrotas con River. Boca arrasó a un Racing ausente, gracias a su DT, Miguel Ángel Russo, que tomó las mejores decisiones.

Es copa, es fútbol, son decisiones. La muletilla de Miguelo se convirtió en realidad anoche en la bombonera. Acertó con la presencia de Pulpo González, clave en la mitad de la cancha para que Boca vuelva a tener juego,  también en ratificar a Toto Salvio, a pesar de su flojo presente, sabía que la jerarquía del goleador lo podía salvar, y el delantero abrió la victoria con un cabezazo certero, cuando la pelota no quería entrar. Carlos Tevez jugó un muy buen partido, al que sólo le faltó el gol. Los colombianos volvieron a sobresalir en el equipo, Villa tuvo la valentía de agarrar la pelota para ejecutar ese penal decisivo, Fabra atacó bárbaro y Campuzano la rompió como en marzo. Franco Soldano participó como nunca, y falló como siempre.. Boca insiste, Boca quiere,  Boca va, como decía Víctor Hugo allá por los años 80, por la séptima Libertadores, veremos si se le da en esta edición tan especial 2020/2021. Ahora tendrá que sortear a Santos, definiendo en Brasil, duelo con historia, y después ver si el rival es Palmeiras o el River de Gallardo, su karma en estos últimos años. Lo cierto es que Boca no se resigna ni se entrega, a pesar de la chicana de haber muerto en Madrid. Boca está vivo y va por otra final.