Riquelme tuvo una primera gestión para aprender a ser dirigente. Entre todos sus errores, uno fue secuestrar en el Boca predio durante dos años a este talento llamado Valentín Barco. Por impericia o tal vez mala voluntad.....

De su reporesentante Adrian Rouco, mismo manager de Carlos Tevez, cercano a Daniel Angelici, personas a las que Román detesta, que embarraron la cancha para no llegar a un acuerdo, cada uno tiene su versión. La realidad, la única verdad como decía el General, es que Boca lo privó hasta de jugar el Sudamericano Sub 20 con Mascerano por no firmar contrato con el club, cuando el pibe ya había demostrado en el 2021 con Battaglia en la cancha de Banfield que estaba para jugar en primera división. Hoy no le queda que pedirle de rodillas que por amor a Boca se quede a jugar la Libertadores, el pibe es el que tiene la última palabra.

El crack de Boca, Valentín demostró en en esta Libertadores que lo es, ya tuvo un primer gesto con el consejo de fútbol al firmar su contrato cuando se podría haber ido al Getafe casi sin vestor la aul y oro, renovó pero a la vez Boca quedo preso de una claúsula baja para un futbolista de su calidad, el equipo europeo que se lo lleve por 10 palos hará un gran negocio. El chico pone la otra mejilla al destrato, a ser colgado, y elige por ahora quedarse a jugar la serie de copa contra Racing, un fenómeno, veremos como responde cuando le propongan ejecutar la claúsula de resición con un contrato millonario, si sigue ganando el amor por Boca, o triunfa asegurar su futuro y el de su familia. Mientras tanto, a horas de los cuartos de final, Boca reza porque Barco opte por el corazón y no por los billetes.