Riquelme goleó en las urnas, llegó el momento de armar el nuevo Boca. Alfaro se fue solo, como el caballero que es, no habrá desgaste. Miguel Ángel Russo, campeón de la sexta libertadores, pica en Punta para arrancar la pretemporada en enero.

El ciclo de Gustavo Alfaro en Boca deja un sabor amargo, todos saben que pudo ser mucho mejor. En cuanto a resultados, y sobre todo en el juego. Alfarito no pudo encontrar en todo el 2019 un once titular que lo represente, excepto Andrada, Licha López, Izquierdoz y Marcone, muy poco para Boca Juniors. El equipo pagó demasiado caro las idas de Benedetto y Nandez a mitad de año,  más las permanentes lesiones de jugadores vitales como Salvio, Tevez, Zarate, Fabra, Wanchope y De Rossi. Mucha ventaja. El estilo sólido y pragmático de Alfaro tuvo su funcionamiento ideal en la cancha de San Lorenzo por la Superliga con triunfo 2-0, no lo pudo sostener en el tiempo. La serie con River, con la incidencia del VAR prematuro, lo hirió de muerte, trató de llegar puntero a fin de año, y si bien aún lo es, Argentinos Juniors puede cortarse solo esta noche. La interna cruel y despiadada del club tampoco lo ayudó. Deja un título, la posibilidad de otra estrella en marzo, la incorporación de Capaldo y Obando a la primera, más la victoria ante River en la bombonera. Se dio el gusto de su vida, no pudo alcanzar la gloria.