Después de una mala experiencia en México, tras un coqueteo de varios grandes, River y San Lorenzo por ejemplo, Racing tocó a su puerta. Su equipo jugó muy bien de la mano de Centurión y Lautaro Martinez, pero otra vez se quedó con las manos vacías, no entró a la Libertadores 2019 tras perder con Colon de local un partido que iba ganando, sumado a una derrota muy dura con Sarmiento de Chaco por la copa Argentina. Otra vez los fantasmas. Coudet no podía coronar, el golpazo de la Libertadores con River en el Monumental agravó aquellas derrotas. Chacho siguió confiando y creyendo, armo un nuevo equipo con Arias, Mena, Marcelo Díaz, Pol Fernández, Cristaldo y más tarde Cvitanich. Ganó el torneo de punta a punta, jugando bien, batiendo récords, y lo más importante, aprendió a ganar 1-0, a conservar cuando el catenaccio era lo que se imponía. Porque él más que nadie merecía esta coronación. Chacho ahora tiene la posibilidad de renovar con Racing soñando con la Libertadores del 2020 o sentarse a esperar, que un día lo llame River, una chance de Europa o porque no la Selección. Scaloni está en evaluación, por ahora no aprueba. En el horizonte asoma Coudet, con su estilo, sus ganas y ahora también su título, el destino tendrá la respuesta de su futuro.