El delantero de Huracán demostró una vez más en la bombonera que es un jugador para Boca: pícaro, guapo, tiene gol, carácter, "sucio", el uruguayo es lo único bueno que le pasó a Boca anoche, además de no perder el partido.

Con el asado a punto no alcanza, con el aura de Román tampoco, hay que jugar mejor, hay que jugar a algo. Pateando al arco rival una vez por partido, dos veces con toda la furia tampoco alcanza. Se pudo hilvanar una racha milagrosa de 5 victorias consecutivas gracias a la solidez defensiva y el oportunismo de Benedetto y Langoni, pero no vas a ganar siempre con una genialidad en el minuto 90 todos los domingos. Boca dejó escapar dos puntos vitales para ser campeón, se escapó Atlético Tucumán, a la espera de ver que hace el lobo en Santiago, se acercó Racing a dos puntos y River a cuatro unidades, fecha negativa para los de Ibarra que en la conferencia de prensa dijo "que en la bombonera no hay que perder", cuando a mi la historia me enseño que en la cancha de Boca se debe ganar.