Con el escudo de la doce para aparentar que todo esta bien en el mundo Boca, Riquelme sigue manejando el Club Atlético Boca Juniors como si fuese su club de barrio, en el que hace y deshace a su antojo.

Misterioso. Oscuro.  A lo Riquelme. Cuál es el problema de hacer una nota en la bombonera y contarle de boca del presidente del club a los 20 millones de hinchas de Boca el proyecto futbolístico de Boca a 10 días de la renuncia de Diego Martínez? Si es con Fernando Gago, si es Mariano Herron hasta fin de año, si es un DT que tiene trabajo y esperan hasta el 2025 para contratarlo… transparencia, claridad, el mínimo respeto que se merece el hincha de Boca que viene de capa caída por el mal año futbolístico que atraviesa en 2024 en el que hasta ahora perdió todo lo que jugó. Pero no, Román sigue manejando Boca como si fuese Don Torcuato fútbol club, con un entrenador amigo interino en la primera, con su hermano y el consejo tomando las decisiones más trascendentes del fútbol, muy poco serio para ser Boca Juniors.

Menos mal que por lo menos Boca ganó ante Argentinos Juniors, por la mínima, sufriendo, con Brey como figura, con un nuevo diseño táctico, teniendo más llegadas que juego, con un gol de Merentiel, con Cavani perdiendo goles, más Changuito despilfarrando oportunidades, con Gimenez y otro gol anulado por mano, con los problemas de siempre, pero por lo menos sumando 3 puntos claves para clasificar a la Libertadores 2025 por la tabla anual, ni más ni menos que eso.