River revivió en San Luis, resucitó futbolísticamente, renació en la copa Argentina. Napoleón volvió a las fuentes, puso un equipo similar al campeón de la Liga profesional, ganó, goleó, gustó, y mira el futuro del 2022 con optimismo.

El periodismo se apuró al hablar de fin de ciclo de Gallardo, el muñeco siempre tiene una vida más para disfrutar, reinventarse, y soñar con ser campeón otra vez. Para mi gusto, también se apuraron muchos colegas al decir que es el peor momento de estos 8 años de gestión, creo que ha habido momentos en los que River jugó mucho más feo que ahora, con este mismo entrenador, lo que nunca le había ocurrido a River en estos 8 años era perder mata-mata tan dolorosos e inesperados como los de Vélez y Tigre, Barracas Central hubiese sido el colmo, pero no hubiese terminado absolutamente nada, hoy Gallardo seguiría entrenando el equipo como todos los días.