Hace dos años y medio que Boca vive en un conflicto permanente. El sello distintivo de la gestión Riquelme es el cabaret. Battaglia se le animó a Román, lo expuso en la conferencia de prensa, y voló por los aires. La soberbia como manera de vivir.



Voy de adelante para atrás. La novela de Salvio. El caso Villa. Las idas y vueltas permanentes con Battaglia. A propósito, Bermudez y Delgado a cambio de un sueldo millonario son capaces hasta de echar a un ex compañero en una estación de servicio, los rottweiler de Riquelme son capaces de todo con tal de quedar bien con el jefe. Sigo. Las discusiones con Pavon, colgado, y su representante. Herrón sigue en el cuerpo técnico, increíble. Las 24 horas frenéticas tras el empate con Godoy Cruz donde Battaglia se salvó por una nota con Arevalo. Le quisieron imponer al pibe Almendra que había insultado al entrenador. El micro gate. Las indisciplinas de Cardona y Zambrano. El affaire Tevez. El desgaste del bueno de Miguelo Russo. El Boca predio enfrentado con el Boca Brandsen. Ameal aislado y traicionado. El escándalo con el Mineiro. Las compras de Orsini y Briasco en 7 palos. La insistencia con Rolón. Pol Fernández colgado para buscarlo para después. Le guardamos la 7 a Cavani. Cristian Riquelme viaja a Londres a la copa finalísima y le pregunta a Domingo Blanco si quiere venir a Boca. Me canse, pero podría seguir. Le mandaron los rottweiler al papa de Molina. Lo apretaron a Alexis Macallister. Buffa se fue por la puerta de atrás. La mujer de Andrada se quejó que lo abandonaron en el exterior. Líos, problemas, discusiones, en fin, un cabaret. Ganar así la séptima será un milagro.

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