El efecto Maradona
- 29 de septiembre de 2019

Diego cumplió su parte. Revivió la ilusión del club, generó un shock económico, puso a Gimnasia en la vidriera como nunca en su vida, y dotó de más actitud al plantel. Los que lo tenían que acompañar no lo hicieron.
Gimnasia de La Plata tenía la posibilidad de sumar un refuerzo por la lesión de un juvenil, y no lo hicieron. Durmieron. Lo dejan descender con este plantel veterano y limitado. La dirigencia no estuvo a la altura, antes de traer a Diego, debían cerrar un número 9 para tener mínimas chances, aquí también se equivocó Maradona en no exigir un delantero para pelear el descenso. Sigamos. El cuerpo técnico que lo acompaña no ha sumado demasiado a la causa, mucho i pad en el banco de suplentes, pero no se ve más trabajo que tirarle centros a Guanini. Bastante flojo todo, se ve un equipo con muchas ganas, pero sin nada de juego, al final lo más trascendente. Vamos por más, ningún futbolista mejoró su rendimiento. Arias se hizó un gol contra Racing, los delanteros no la meten, Licht falló en el primer gol de Talleres, otros se lesionan o son expulsados, ninguno marca la diferencia, nadie se destapa, no hay rebeldía, falta jerarquía, falta absolutamente todo. Así es muy difícil, casi imposible. En el proyecto Gimnasia, Diego Armando Maradona era la frutilla del postre, nadie esperaba ni creía que en medio de un pos operatorio, revolucione al lobo tácticamente, el 10 estaba para darle brillo a una máquina que debía funcionar en base a todos sus estamentos y niveles. Ninguna de esas partes, respondió como debía, no se puede matar a Maradona por esto.
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