La llegada del uruguayo y sus buenos rendimientos motivaron a Benedetto, la suspensión lo hizo tragar bronca, los 90 minutos en el banco contra Vélez tocaron su orgullo, Pipa volvió con su segundo hat trick en Boca más un nuevo título.

El goleador regresó en Santiago por sus fueros, por lo que es suyo, lo que se ganó, y lo que le pertenece, la camiseta número 9 de Boca. Su titularidad estaba en riesgo, el hincha por primera vez le daba la espalda, Todo ese combo explosivo llevó al Pipa a ponerse las pilas, no protestar a los árbitros, buscar su mejor forma física y futbolística, para regalarle al hincha d eBoca su mejor actuación desde que regresó de España.

El tiempo será testigo si lo de del Madre de ciudades es una golondrina de verano, o si realmente Benedetto cambió para bien, para ser su mejor versión, aquél que llegó con Guillermo a Boca para hacer historia en el 2016, aunque todavía le pesa la pesadilla de Madrid.