El gran lobbista
- 19 de agosto de 2020

Javier Mascherano ya suena como futuro DT de Estudiantes de La Plata, manager de la Selección Argentina y comentarista de ESPN, todo esto mientras sigue jugando al fútbol en el pincha...
El mundial de Brasil 2014 fue un antes y un después en su carrera, su gran actuación, coronada con el fabuloso cruce ante Robben, en la semifinal frente a Holanda, impusieron en la Argentina los “Masche facts “ (Masche te recupera las Malvinas, te arregla la deuda externa, etc), su popularidad creció a límites inesperados, situación que creo en lo personal, lo confundió a Javier, un pibe muy respetuoso y querible que conocí en la Selección juvenil de Tocalli y Pekerman. Masche se convirtió en una máquina de hacer publicidades y en un referente del equipo nacional, el capitán sin cinta, siempre pegado a Lionel Messi, su gran ladeo. Mascherano consiguió por su carácter jugar una década de número 5 en la Selección Argentina con todos los DT’s, sin hacerlo nunca en esa posición en sus clubes de Europa, ni el Liverpool, ni el Barcelona. Nunca nadie se atrevió a tocarlo. Sampaoli quiso hacerlo y terminó siendo casi un subordinado de Masche en Rusia 2018. Por supuesto que en esto hay una gran responsabilidad de los entrenadores, que nunca buscaron una alternativa válida para su puesto.
En su libro “Mis valores en el fútbol y en la vida”, Masche reconoce que prefiere perder en la Selección con su grupo de amigos, que ganar con otros con los que no tiene tal afinidad, una locura por donde se la mire, Mascherano tiene el derecho a crear su propio club, cómo va a hacer, y convocar a todos sus amigos para jugar con él, pero NO en la Selección Argentina, que es la pasion de 45 millones de argentinos. También reconoce y admite, que cuando había que tomar una decisión en el predio de Ezeiza, primero lo hablaba el grupo selecto de amigos, el famoso G8, y luego se pasaba parte al resto. En un grado de intimidad extraordinario, el jefecito también confiesa que solo se arrepiente de no haber hablado con Maradona en Sudáfrica 2010, para cambiar el planteo ante Alemania en cuartos de final y evitar una catastryque se venía venir. Lo que no se animó con Diego, lo hizo con Sampaoli 8 años más tarde en Rusia, su foto con la pizarra y el pelado quedará como prueba de uno de los grandes fiascos de la Selección en los mundiales. Meses más tarde, no tuvo problema en declarar que quizás el mundial de Rusia estuvo de más en su carrera, tarde Masche, tarde, el daño ya está hecho. A Mascherano y al resto de la generación plateada, que se adueñaron de la Selección Nacional gracias a la inolvidable Copa del mundo de Brazil 2014, les faltó grandeza para dar un paso al costado después de tres finales perdidas al hilo. Eso es lo que yo pienso.
Hoy Mascherano le pide perdón a los hinchas de River, club que lo vio nacer y le dio todo, por no saludar a los 25 mil hinchas que lo ovacionaron en Japón en ocasión del Barsa-River del 2015, otro reconocimiento que llega tarde, porque nunca se muerde la mano del que te dio de comer. Ojalá para el futuro de su carrera, Mascherano tenga en cuenta la enseñanza del maestro Sabella, primero el grupo, siempre antes que el yo.
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