La hinchada de Boca realizó en Río de Janeiro la movilización más grande de la historia del fútbol mundial, nunca un equipo había llevado 100.000 almas a otro país para alentar en una final, el colmo es que más de la mitad no posee entrada.

El hincha de Boca es único, no podrán aniquilarlo jamás, acompaña al equipo donde sea y cuando sea, no importa si el dólar esta a 1000 pesos, ni si te van a moler a palos en Copacabana los policias de Brasil o los barras del Fluminense, el verdadero jugador número 12, conformada por los hinchas genuinos xeneizes, te copan Río de Janeiro o la ciudad del mundo que sea con tal de estar con la azul y oro, la obsesión y locura por ganar de una vez por todos la séptima Libertadores de América todo lo puede.

Boca ya ganó la calle, el partido emotivo de los hinchas, a pesar de la entregada del jueves de los militares brasileños, el viernes realizaron el mejor banderazo del mundo en la playa más linda del mundo, emocionaron a todos e hicieron historia. Ahora hay que ganar en la cancha, Boca deberá hacer el partido perfecto para ser campeón de América, tendrá que defenser con el cuchillo entre los dientes, tener volumen de juego en la mitad de la cancha, sumado a ser contundente en el ataque para fulminar al Flu para ello Cavani deberá ser fundamental, hacer el gol más importante de su carrera, ganar en los 90, para así evitar el desgaste del sumplementario, como también el sufrimiento de los penales, sólo falta escribir la historia, uno de los capítulos más de la visa de Boca Juniors.