Boca en Santa Fé ante Unión y River en el Monumental frente a Instituto tratarán de conseguir una victoria para dejar atrás una primera fecha olvidable desde lo futbolístico. Están obligados a ganar y cambiar la imagen.

Arrancó al apertura, la noticia es que ganaron varios grandes, Racing, Independiente, San Lorenzo, todos menos Boca y River, los dos gigantes de presupuestos millonarios transformados en dreams teams para los hinchas fruto de incorporaciones cercanas a los 30 palos verdes. Decepcionaron fuerte, fueron superados tácticamente por equipos con mucho menos presupuesto: Platense y Argentinos Juniors, tanto como por sus entrenadores, la dupla Orsi-Gómez en Vicente López, tanto como por Nico Diez en la bombonera, ambos  ganaron las partidas de ajedrez contra Napoleón y pintita. En la cancha de Platense es cierto que el blooper de Armani condicionó el desarrollo, tan verdadero como que no alcanza la excusa del muñeco que la cancha no estaba bien o que el calamar se encerró atrás, no podes ser tan tibio, no podes generar tan poco, cuando empató Rojas el partido estaba más para el 2-0 de los locales que para el empate de River.

En la boca la historia fue parecida, fuimos a ver al súper Boca de Gago para encontrarnos con un Argentinos Juniors que se floreó en los primeros 45 minutos con un muy buen juego. No te pueden dominar en tu casa como lo hizo el bicho de la Paternal, la idiosincrasia de Boca es avasallar en todas las facetas del juego, pelotas divididas, remates, situaciones de gol, despliegue físico, y la verdad es que nada de eso se vio. Boca mostró lo mismo que en el 2024, los problemas físicos de Rojo, las intermitencias de Cavani, además de a un equipo al que le falta muchísimo.

El fútbol argentino siempre sorprende, nadie se da por vencido, todos los débiles quieren pelear y competir, tanto Platense como Argentinos le demostraron a Boca y a River que no se gana con el apellido ni con los millones, hay que meter más y jugar mejor que el rival, caso contrario sos boleta.