Gracias Tata
  • 13 de agosto de 2019


Se fue un guerrero, icono de la generación del 86, de suplente de Pasarella a goleador en la final. Una historia de superación y mística, de esfuerzo y entrega, pero sobre todo de un enorme amor a la camiseta argentina.



Gracias Tata por el golazo frente a los alemanes, fruto del trabajo, de esos tiros libres que Burruchaga ejecutaba en Nantes para que vos cabecees en Brest, una de las lindas locuras del Doctor y campeón Bilardo. Fuiste un auténtico producto del narigón, con la raza de los campeones de Estudiantes de La Plata. Gracias Tata por la entrega 100 por 100 a la causa de la Selección Nacional, por esa final con el hombro maltrecho. Gracias por la humildad, cultivó el perfil bajo cuando le tocó regresar al predio de Ezeiza junto al Checho Batista, Tata sabía cómo nadie lo que necesita un defensor de Selección, enseñaba con el ejemplo, predicaba a los millonarios de hoy que ningún contrato europeo les iba a dar la gloria de ser campeón del mundo, temo que no muchos lo entendieron o ni siquiera escucharon. Tata predicaba con su experiencia.
Anoche me contó en la radio el Doctor Luis Pintos, que en la previa del 86, le pedía los domingos a la mañana que le saque líquido de la rodilla, para poder jugar en el Boca de Alfredo  Distefano y que Bilardo no lo saque de la Selección, esta es parte de la historia de un gran campeón, una verdadera historia de amor. Hasta siempre Tata.

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