El problema sobrevino cuando nuestro querido Pep abandonó Cataluña. Hace seis año que al formidable Guardiola le vienen llenando la cara de dedos en la Champions League, el torneo más importante de clubes del mundo, por el que se desvive la élite del fútbol mundial, incluido por supuesto, Pep y su millonario Manchester City. 

Con el Bayern fue eliminado consecutivamente por el Real Madrid de Ancelotti en el 2014, clase de contra, pelota parada y goleada histórica. En el 2015 el Barsa de Luis Enrique lo atendió también en semifinales, de local y a domicilio. Cuando parecía que por fin mojaba una final con los bávaros, fue el gran Cholo con sus guerreros los que se lo impidieron en la semifinal del 2016, por el gol de visitante, recuerden esto guardiolistas, el gol de visitante, que vale doble en los mano a mano.

Obstinados ellos, creyeron que todo volvería a la normalidad en Inglaterra, ahora si Guardiola podrá desarrollar su estilo y volver a ganar. Los alemanes no lo entendían. El golpe de la primera temporada, el 2017, fue durísimo, cero títulos y afuera de la Champions en octavos frente al....Mónaco. Al año siguiente la cosa mejoró, Guardiola conquistó la Premier con 100 puntos, pero en la Champions, a esta altura una pesadilla para Pep, fue vacunado en ambos partidos por el Liverpool de Kloop, en cuartos de final. Parecía que la tercera era la vencida con el City, que en el 2019 por lo menos su Manchester se iba a meter entre los cuatro mejores. El Tottenham de local no es un enemigo imposible, de hecho no ha logrado tan siquiera un campeonato de la mano de Pochettino. El destino, más tres golea recibidos de visitantes, más un implacable VAR, quisieron que pasen los de Londres. El City y Pep, eliminados otra vez. Solamente el fanatismo puede pensar que quien perdió ante Ancelotti, Luis Enrique, Simeone, Kloop y Pochettino en los cruces decisivos de las últimas temporadas sigue siendo el mejor. Por lo menos esta vez les queda el consuelo que el VAR los robó.