No hay otra explicación. Después de dirigir de manera horrenda 90 minutos en los que debió expulsar a Enzo Pérez, Enzo Díaz, Casco, Figal, y Varela, al árbitro del partido se le dio por ser figura inventando un penal en el descuento del Monumental.



Darío Herrera fue a sacar el partido, y lo terminió definiendo a favor del equipo de Demichelis. Lo primero: No fue penal, no veo infracción de Sandez sobre Solari. Segundo: en un contexto de vale todo, siga-siga, no podes definir un clásico con esa mancha diría Coco Basile. River ganó por un error grosero de Herrera.

Dicho esto, River mereció la victoria, jugó mejor, fue más ambicioso, tuvo las mejores situaciones de gol, mientras que el DT hizo los cambios para ganar, Mientras Micho metió a Solari, Borja, y Suárez, Almirón eligió terminar el clásico con Sandez y Rolón. Fue llamativa la pasividad de Boca, no tuvo ambición, tardó 70 minutos en rematar al arco, jugó a lo Alfaro, colgarse del travesaño,  o al estilo Battaglia, pelotazos a Villa. A Jorge Almirón le fató audacia, se enamoró del 0-0, y se quedó sin nada por culpa de Herrera. 

Más allá de las polémicas, que hermosos son los clásicos.

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