Media hora de magia del colombiano en Rosario, fueron la prueba de lo que hubiese necesitado River en Lima. Para defenderse con la pelota, nada mejor que Quintero, está vez Napoleón quedó expuesto. Poner al pibe Alvarez fue inentendible.

Salió mal, al fin Gallardo lo reconoció. Sus cambios funcionaron mil veces, contra Flamengo no. El muñeco priorizó tapar a Filipe Luis con un chico, en vez de  poner al jugador más talentoso que posee en el plantel para jugar y liquidar la final. Al mejor cazador se le escapa la liebre, puede pasar. Si hacía falta una prueba, fue este Newells 2-River 3, me animo a decir que no hay mejor sociedad futbolística para tener la pelota en Sudamérica, que la que conforman Nacho Fernández y Juanfer Quintero, y la tiene River. Claro, hablamos con el diario del lunes, por supuesto, somos opinologos, de esto vivimos, estar ahí y tomar las decisiones es mucho más difícil, también mucho más rentable, se cotiza en millones de dólares, por eso tamaña responsabilidad. Molestamos cuando criticamos, cuando elogiamos con el diario del lunes, cómo con el ingreso de Quintero en el Bernabéu, decimos la verdad. El juego es perverso desde ambas partes.