Álvarez se consagró en la Selección Argentina y en un mundial. Su actuación ante Croacia fue pletórica, generando el penal del primer gol (para mi no fue), y definiendo la historia con un doblete inolvidable, como Diego en la semifinal con Bélgica.

Este es el Julián Álvarez que queremos ver, el desequilibrante, el goleador, el pibe maravilla, la araña, el que gambetea, tira paredes, busca los espacios, inventa pases geniales, el que juega de nueve y hace goles. No el Julián batallador, sacrificado, que hizo el trabajo sucio en los partidos con Australia y Holanda, en dos compromisos en los que no se pudo lucir, con parte de responsabilidad en el funcionamiento del equipo que no lo ayudo. Con Paredes en la cancha, Enzo Fernández tuvo mayor vuelo, y de esa manera abasteció al hombre del City para que pueda marcar. Al número 9 hay que exigirle goles, o por lo menos situaciones de gol, si no las tiene o no las genera, trade o temprano un centrodelantero está en problemas.

Estamos en la final, con un Messi inspirado, con Otamendi en modo Ruggeri, con un gran nivel de todo el equipo, por ejemplo Macallister, Molina y Tagliafico, con un DT que conserva los pies en la tierra sin comer vidrio, ilusionados, convencidos que el domingo podemos sumar una nueva estrella, ojalá que si, D10S quiera,