La decepción por la fiesta que no fue, también invadió a Messi, que se descargó con el árbitro después del partido en sus redes, ya que está vez no hubo entrevista del 10 en el campo, echándole la culpa al brasileño de su flojo partido, y del desempeño del elenco nacional. Argentina no brilló contra Perú, puede ser por el cansancio, por culpa del rival, o por hasta una mala noche de nuestras individualidades, pero de ninguna manera el culpable fue Sampaio, que acertó tanto en el penal para Perú, como en el gol anulado a Romero. La noche de anoche, inesperada por el rendimiento, apreciable desde los tres puntos obtenidos, nos deja una lección, no somos campeones del mundo antes de jugar, como pensamos tras golear a Uruguay, hay que seguir trabajando, que bajen las burbujas del Maracaná, seguir con la humildad que llevo a la creación de la Scaloneta, saber que Dibu puede cometer un penal infantil, De Paul perder muchas pelotas, Messi no estar inspirado, y Di María errático, sin volvernos locos, vamos por el buen camino, no nos confundamos.