Marcelo Gallardo abrió su corazón anoche una vez más, dejando señales que el final puede estar muy cerca. Napoleón habló de final de contrato, de desgaste, de falta de energías, y de no hacerle daño al club.



Cuando Gallardo además expresó que puede ser la decisión más difícil de su vida, es porque esa decisión sería dejar el club de sus amores, el que le dio todo, lo contrario, quedarse, es lo más fácil y placentero a la vez, seguir en su casa, donde es amo y señor, porque tiene las llaves del club, y es cierto que en ningún otro lugar va a estar tan cómodo, amado, y feliz como en su casa, que es River Plate. Sólo él sabe cuál será su decisión, si se irá o se quedará, los argumentos ya los expresó anoche, siete años y medio al más alto nivel de compromiso, exigencia, competencia y responsabilidad, desgasta hasta al mismísimo Napoleón .
La tranquilidad para el muñeco es que armó un equipazo otra vez, este River es de las mejores versiones que ha tenido su ciclo millonario como entrenador, esta formación juega con una precisión en velocidad casi imposible de igualar en estos años, da placer ver jugar a este River. Con el paso de las temporadas, el River de Napoleón se fue sofisticando, mutó de un equipo agresivo y peleador, a uno técnico por excelencia, de tenencia de pelota, agresivo, con laterales que juegan de extremos, con un Julián álvarez brillante, y socios de la calidad de Palavecino, Simón, Brian Romero, Enzo Fernández, Rojas, Paulo Díaz, Héctor Martínez, Angileri, completando un equipo sensacional, que ganó el torneo con una facilidad asombrosa. 

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