El primer tiempo del equipo de Gallardo con Godoy Cruz me hizo acordar al baile que le dio Banfield a Boca hace 10 días. La inexpresividad del elenco de Gallardo anoche fue similar a la de Boca el sábado.



La era pos Julián álvarez y Enzo Fernández arrancó de la peor manera en Núñez. Sólo un arbitraje muy flojo de Lamolina evitó una hecatombe mayor en el monumental, porque el árbitro debió echar a González Pires cuando el tomba estaba para golearlo a domicilio. En cambio, dejó con 10 al muy buen equipo de la dupla Orsi-Gómez apenas tuvo una chance con la expulsión de Ferrari, y a partir de allí Diego Rodríguez se convirtió en héroe del partido. Lamolina lo emparejó.
No creo que la llegada de Borja, a un costo muy alto, sea la solución a los problemas de River. El colombiano aportará goles, pero el funcionamiento, sobre todo defensivo, brilla por su ausencia. River está pagando un muy mal libro de pases en enero de este año, cuando contrató a siete futbolistas que lamentablemente no le dan soluciones. Los casi 10 millones de dólares que va a pagar por Miguel Borja suena más a manotazo de ahogado que a otra cosa. Así las cosas, River se juega una final con Barracas Central, porque Napoleón no se puede dar el lujo que lo elimine de la copa Argentina el equipo de Chiqui Tapia, que ya le cerró las puertas de la Selección.

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