A veces no se entienden, es difícil que cambien la ecuación, salvo los obvios de Ecuador, cuando tiras los titulares a la cancha. Sacar a Tevez para poner a Soldano, es como sacar a Messi para poner a Pastore, sin palabras.

A favor del entrenador, Boca se quedó sin recambio. Sin Cardona, con problemas de salud, lesionado Salvio, y exiliado Wanchope, mirar al banco de suplentes de Boca es lo más parecido a mirar una parrilla vacía, no seduce en lo más mismo. Si tu gran alternativa para cambiar un partido es Franco Soldano, el pesimista del gol, que en 32 de sus 49 partidos en Boca no pateó al arco, estás en serios problemas. La sensación, casi realidad que se vio en Paraná, es que Boca tiene para armar un equipo titular, y muy poco más.