Napoleón Bonaparte fue declarado emperador de los franceses el 2 de diciembre de 1804, luego de ser general republicano durante la Revolución francesa. Viendo la revolución deportiva generada por Leo Messi en Francia le cabe este apodo.

Por lo menos como emperador de los parisinos. Visto y considerando los hechos acaecidos desde el domingo pasado hasta estás horas, no cabe otra sentencia que dictaminar que la transferencia al PSG fue lo mejor que le pudo ocurrir a Messi en su vida deportiva. Creo que ni el mismo Leo ni su entorno se imaginaban una euforia e impacto semejante al arribar a la capital de Francia. Barcelona sobrevivirá, pero tuvo un error de calculo importante, la pulga llevo todas las miradas hacia la ciudad del arco de triunfo, son pocos los que hoy miran a Cataluña. Messi paso de las lágrimas del domingo a la felicidad más plena del martes al arribar a su nueva casa. Lo tratan como a un verdadero REY. Ya lo aman y lo adoran antes de empezar a jugar. Un nuevo desafío moviliza, vaya que sacar campeón de la Champions al París Saint Germain por primera vez en su historia lo es. Una nueva era comienza en el fútbol mundial, los argentinos son los grandes protagonistas, con Pochettino a la cabeza, más Di María y Paredes como grandes socios de Leo Messi. Si hacía falta un hecho para ver la dimensión de la pulga a nivel mundial, ya no quedan dudas que es el puto amo, el verdadero Napoleón.