El caso Sebastián Villa es un ejemplo más de la incomodidad que se respira en Boca Juniors. El futbolista tiene derecho a crecer, a ganar más, y a jugar en el primer mundo, el problema son las formas. Por algo se repiten...

El colombiano es un chico especial, todos sus problemas en el último tiempo lo demuestran, es lo que llaman en el mundo del fútbol, "un perro verde", más allá de esto, para que un jugador te planté a horas de jugar un clásico decisivo con River tiene que haber mucho mar de fondo, broncas y cuentas pendientes para patear el tablero de esa manera. Riquelme y sus rotweilers deben hacer autocrítica, para así comprender en que están fallando, son demasiados problemas en menos de dos años de conducción para poner siempre las culpas en el otro, es demasiado infantil plantear que todos viven en contra de Boca, cosa que además no es así. Volvemos siempre a lo mismo, sí lo se, pero es inevitable, si ya tuviste problemas con Tevez, Wanchope, Andrada, Macallister, Buffarini, Pol Fernández, Cardona, Zarate, Pavón, Molina, y ahora Villa, cuando los conflictos no fueron directamente con los protagonistas fueron con sus entornos, familiares o representantes, es porque claramente estás fallando en algo, esencialmente en las relaciones humanas, en los manejos, en las formas, en la comunicación, en la conducción de un plantel y de un club. Boca vive de pelea en pelea, hace dos semanas es un tsunami de malas noticias todos los días, una tras otra, la responsabilidad es de la dirigencia, y del cuerpo técnico, que no ha sabido pararse frente al consejo de fútbol para defender a los futbolistas, que son a la larga los que tienen que salvarte y jugarse la vida por vos, hoy te lo pagan de esta manera, te dejan en banda.