Lo dramático del caso es porque se llegó hasta este punto.

El futbolista de Independiente, despechado?, había dado muestras varias, que no tenía atributos para llevar el brazalete de capitán de Boca. Las hizo todas. Se hizo expulsar contra River, puteó a los hinchas en la bombonera, reincidió, y la familia noque se siempre lo perdonó, siempre una nueva oportunidad. Qué le puede reprochar el jugador al club? Creo que nada.

No alcanza para mi la defensa del ex ñuls, cuando sostiene que dejo todo en la cancha, eso es lo mínimo que debe hacer un profesional. Por supuesto que tiene todo el derecho del mundo a soñar con la Selección y con ganar un mundial. Pero sobre todas las cosas, una persona debe ser agradecida y respetuosa de aquel que le pagó buenos contratos, en este caso Boca. Pablo Pérez no lo fue. A semanas de la derrota más doloroso de la historia boquense, siendo él capitán del equipo, ningunea la final de Madrid, prefiriendo jugar un mundial con Argentina, del que nunca estuvo cerca. Pablo Pérez tuvo todo para ser inmortal con la camiseta de Boca, pudo levantar la séptima frente a River en el Bernabéu, terminó siendo cedido a Independiente, cada uno construye su historia y destino como quiere. Dentro y fuera de la cancha, jugando y declarando.