Pochettino es argentino
  • 21 de abril de 2019


Si bien ya parece un inglés más, su festejo tras clasificar a la semifinal de la Champions, desató su gen más argentino. Su aullido “vamooooos carajoooo” con acento rosarino, nos acercó a todos con su gran triunfo en el Tottenham.



Ganar es lo más importante. Parece una obviedad, pero no lo es. El trabajo de Mauricio Pochettino en Inglaterra es magnífico, de eso no caben dudas. Desde el pasional Southampton, donde potenció juveniles del club, fue muy audaz en su forma de jugar, así llamó la atención de los dueños de un grande de Londres, el Tottenham Hotspur, club en el que brillaron a fines de la década del 70, Osvaldo Ardiles y Julio Ricardo Villa, dos argentinos ilustres campeones del mundo en 1978. Repitió la receta y casi que armó la Selección de Inglaterra con jugadores como Dele Ali, Harry Kane, Walker, Danny Rose, Trippier y Eric Dier entre otros. Por eso en su libro “Un nuevo mundo”, cometió el pecado de reconocer que sueña con dirigir la selección de ese país.
Todo marchaba de maravillas para Poch en Gran Bretaña, salvo los éxitos. Es decir, tenia buenos resultados, clasificaba a la Champions por ejemplo, pero ningún título. Ni una copita de Liga, nada, Peor en realidad, en los mano a mano con los grandes, siempre fracasaba, nunca daba la talla. El entrenador argentino confiesa en el libro de Guillén Balagué, que los campeonatos llegarán por decantación, pero a la vez sostiene que posee una plantilla para coronar y que a la vez se desvela por una vuelta olímpica. La ansiedad por un resultado de impacto, lo angustiaba y lo ponía tan ansioso como a Pep no ganar otra orejona fuera del Barcelona.
En el maravilloso mundo del fútbol, hay veces que una gran eliminatoria, cómo está frente al Manchester City, es un título en sí mismo, para mí vale mucho más que una FA Cup, obtenida por ejemplo en una final ante el Wigan. Son puntos de vista, pero sea como sea, al Tottenham de Pochettino, le faltaba un gran triunfo, una victoria resonante, sacar de la Champions en cuartos de final al DT con más marketing del mundo, lo es. Dicho en otra palabras, Mauricio, Pochettino no se confundan, ya ganó. Desde esta semana, el conjunto de White Hart Lane puede presumir ya no solo de un estadio fastuoso construido por 1300 millones de dólares, ni tampoco solo con proveer de futbolistas al combinado nacional. A partir de ahora puede competir cara a cara con los grandes. Pochettino lo hizo, y de paso demostró que sigue siendo buen argentino.

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