Relaciones inhumanas
  • 02 de julio de 2020


No alcanza con ser el máximo ídolo de la historia de Boca para ser un dirigente exitoso. El campo de juego es una cosa, ser DT en el banco de suplentes es un riesgo, convertirte en dirigente es más cómodo, pero hay que saber manejar las relaciones humanas



De eso se trata la vida, de relaciones humanas. Allí está el secreto de todo. Corría el mes de febrero de 2020, Alexis Macallister la rompía en el Preolímpico de Colombia, en Argentina se discutía de su futuro en Boca. Roman llamó al futbolista y disparó, “va a seguir hablando tú papito en los medios”, Riquelme era el ídolo de Macallister, cómo terminó la historia, con el futbolista en Inglaterra. Así es muy difícil. 
A Gustavo Alfaro no le dedicó ni un llamado, a pesar de los 29 puntos que dejó, fundamentales para ganar el campeonato. Con Burdisso y Matellan, campeones del mundo con Riquelme frente al Real Madrid, encargados del fútbol en Boca y con un año más de contrato, no fue capaz siquiera de tener una reunión para decirle gracias por los servicios prestados. Al flaco Schiavi, tipo muy querido en el club, lo echaron por teléfono, de la misma forma a todos los entrenadores del club en inferiores, Marchesini, Saturno, Luquez y Regenhart, todos acusaron malos modos de parte de Raul Cascini.
El pibe Molina no aceptó la oferta para renovar su contrato , y lo mandaron a practicar con la reserva. Junior Alonso decidió radicarse en Brasil. El modus operandi Riquelme explotó con el caso Tevez. Roman tiene el botón nuclear, es el tipo capaz de destrabar la negociación con un solo llamado, pero no lo hace, evidentemente no tiene ganas. No quiere. No sé si disfruta desgastar a un ídolo como Carlitos, o ser la comidilla de los medios que hablan del cabaret xeneize, pero deja que la novela siga en silencio. El accionar de Bermúdez es imperdonable, puso a los hinchas de Boca del lado del Apache, gana todas las encuestas. Lo trataron de ex jugador, lo atacaron con carpetazos sobre los parques eólicos, y hasta lo acusaron de no amar al club como ellos. La Secretaría técnica demostró una falta de tacto gigante para negociar con el capitán de Boca, además de no estar preparados para la cuestión, porque ni siquiera sabían que ahora los contratos en AFA, deben vencer los 31 de diciembre. Hicieron todo mal. A esta hora, Carlos Tevez desoja la margarita entre retirarse, jugar en otro club, o seguir en Boca en medio de la guerra fría con Riquelme y compañía. Como me dijo el Ruso Ribolzi ayer, nadie la tiene mas grande que Boca, ojalá que Roman no se confunda.

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