Creo que lo que ocurrió ayer en la bombonera abre la discusión sobre si realmente Román es el número 1 de los hinchas de Boca. Maradona pudo llenar la cancha en su despedida, Riquelme no. Lo de Diego fue una despedida, no un acto con...

Tufillo político. Cosa que está bien que haga Riquelme, es vicepresidente del club, debe utilizar todas las armas lícitas que tiene a mano para intentar ganar las elecciones de fin de año. Ayer el grito más atronador de todos del pueblo xeneize fue "quiero la Libertadores", el socio aocmpañó a Román, pero le recordó que la prioridad es la obtener la séptima copa. La presencia de Messi le dio glamour a la noche, la de Bianchi le dio la emoción de recordar los años dorados de los que lamentablemente hoy se está muy lejos y nadie sabe si volverán algún día.

No me gustó que Riquelme se haya puesto la camiseta de Maradona ayer, tipo al que ninguneó a más no poder cuando Diego fue como entrenador de Gimnasia al patio de su casa, Boca le hizo el peor reconocimiento de todo el fútbol argentino a Maradona. Que la doce haya cantado "perdón Messi pero en la Boca el más grande es Riquelme", también me pareció fuera de lugar, la noche valió la pena para ver a la vieja guardia en el templo: Giunta, Serna, Córdoba, Ibarra, Manteca Martínez, entre otros. Faltaron Tevez, Guillermo, Russo, Palermo, y Benedetto, pero estuvieron sus fieles de siempre.  Román hizo su gran apuesta política, en diciembre el socio tendrá la respuesta.