Boca esperaba una victoria que lo lance a la pelea directa por la clasificación a la Libertadores y sin embargo sufrió un golpe durísimo que lo obliga a poner todas las fichas en la serie con el lobo platense esta semana.
El presidente de San Lorenzo conduce al club a una tormenta perfecta, su gestión es de lo peor del fútbol argentino en las últimas décadas, amateur es poco por la falta de ideas y capacidad con las que maneja a un gigante como el ciclón.